Una fuerte melancolía y un gran escepticismo, plenos de auténtica sensibilidad, recorren esta novela que articula la historia individual con la del Perú́, la de nuestra América Latina y la del mundo occidental, durante un siglo. En esta sociedad segmentada por la pertenencia de clases y las etnias, las Herminias conservan la tradición, pero como son servidoras domésticas, son intercambiables y como el mar, siempre iguales y siempre distintas.
