Los diálogos de Orellana revelan a un profundo conocedor del habla culta y el habla popular. Los diálogos son acaso la parte más ardua de un cuento o una novela. El que los personajes dialoguen según sus respectivos temperamentos es propio de quienes conocen el alma humana y el comportamiento de ella en la rutina diaria. Esto puede apreciarse en grandes clásicos como Balzac o Dostoievski, y acá en el Perú, en los cuentos de Julio Ramón Ribeyro y en los de Cronwell Jara Jiménez. Entre los personajes de Espejismos de la nada, los diálogos fluyen naturalmente, puestos en el momento oportuno, dándole brillo y efervescencia al relato. Revelan además oficio y excelente oído para captarlos en el vivir pedestre y cotidiano.
