Catalina, una mujer mestiza en los albores de la Colonia, descendiente de nobles y curacas y que, por si fuera poco, aprende a leer y escribir, es tempranamente perseguida por la mal llamada Santa Inquisición. Enfrentada, una y otra vez, al poder de los curas, despliega imaginación y astucia para evadir sentencias y castigos. En esas andanzas conoce conventos y en éstos, a todo tipo de mujeres que reflejan, como un microcosmos, la vida cotidiana de la Lima Colonial de la primera mitad del Siglo XVII. Casada sin desearlo, descubre una realidad que supera con creces, para su placer, las mojigaterías que tantas veces le han contado.
