La vida me ha regalado tantas cosas bellas, entre ellas la Melomanía. Hoy lejos de mi país, es la Música Andina mi cordón umbilical, la que me conecta con mi patria. Sigo escribiendo y tengo pendientes dos poemarios de distintas edades los cuales espero compartir pronto. Y mi vocación de comunicadora no me deja tranquila, aspiro a ser la vocera de la música andina, de esa relegada dama elegante. Sueño con promover sus sonidos, porque en cada instrumento también hay poesía, hay versos y músicas complejas que vibran en las notas más profundas del alma.
