Este libro es un paseo por el Jardín de las delicias del Iniciado pintor El Bosco, un baño en la fuente rejuvenecedora de una princesa inca y un viaje místico por las calles empedradas de oro del mítico pueblo El Dorado, también es una peregrinación sangrienta por las rutas inundadas de sangre de Sendero Luminoso de Abimael Guzmán, quien se inspiró para ese nombre, en la frase de José Carlos Mariátegui: «el marxismo-leninismo es el sendero luminoso del futuro».
